16 diciembre 2012

Hola de nuevo...

Casi un año desde mi última entrada, demasiadas cosas han pasado en mi nada interesante vida, obviamente cosas nada agradables, que me hicieron querer regresar a Ana, empezando por la indiferencia que sigue teniendo hacia mí el chico del cual estoy enamorada desde que entré a la universidad (LT) y el desastre total que fue la fiesta de fin de año de la empresa dónde estoy, la cual fue este pasado Viernes, 14 de dic de 2012. 
La fiesta prometía ser todo un acontecimiento en el que asistirían personas importantes, incluyendo algunos jefes de mi área. Con dos semanas de anticipación me puse a buscar vestido, encontré uno hermoso, mega ajustado y corto. A pesar de que estoy gordísima, peso 98 kg y mido 1.74 m, tengo muy buena forma corporal, mucha cintura, poca panza y si estoy parada se me ve el vientre plano, piernas gruesas y mucha pompa, aunque lo ideal era verme delgada, cuando me puse el vestido y me miré en el espejo me agradó lo que vi (aunque fue todo un drama, con lágrimas incluidas, encontrar unas medias que me quedaran). Al llegar a la fiesta y sentarme en la mesa donde estaban mis compañeros sufrí el primer signo de desprecio cuando uno de los jefes me pidió que me cambiara de mesa con el objetivo de "poder apartar otra para los compañeros que faltaban", yo contesté que no había problema y lo hice con toda la dignidad posible, sin mucho éxito... dos de mis compañeros muy amablemente se cambiaron de lugar conmigo. Pasó el tiempo y llegó mi compañera de departamento, la cual fue bienvenida en la mesa de la que me habían corrido, la chica tiene un rostro horrible, nariz enorme, ojos tan saltones que parecen que se van a salir y una actitud de diva peeerooo es delgada, aunque tiene la espalda ancha para mi gusto, tiene pompis paradas y una cintura breve, llevaba un vestido cortísimo y escotadísimo (el mío no era escotado), lo que provocó revuelo entre los jefes y compañeros, ya se imaginarán, casi todos tratando de llevársela a la cama... ella bailó toda la noche mientras yo estuve sentada casi toda la fiesta, ignorada, despreciada, rebajada y hasta agredida... y es ahí cuando me dí cuenta de que no importa si tu cara es tan hermosa que podría estar en la portada de Vogue, si no eres delgada no eres nadie y es mejor que te prepares para enfrentar el desprecio y el asco de los demás... y esa es la primera razón por la que decidí regresar a los brazos de Ana...

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